Ha llegado el verano y con él, los primeros rayos de sol. El sol es imprescindible para nosotros ya que mejora nuestro ánimo, y por supuesto la producción de vitamina D, necesaria para metabolizar el calcio.
La piel nos protege y debemos cuidarla correctamente durante todo el año pero especialmente en los meses en los que vamos a estar más expuestos al sol, un mal cuidado de la piel puede tener daños irreversibles.

No debemos cometer errores en el cuidado de nuestra piel, aquí os dejamos unas recomendaciones a tener en cuenta:

Exposición al sol: Debemos evitar a medida de lo posible tomar el sol en las horas centrales del día, aproximadamente de 12:00h a 17:00h, ya que es cuando los rayos UVA son más fuertes.
Protección solar: aplicar siempre antes de salir de casa y sobretodo elegir un factor adecuado a nuestra piel.

  1. Pieles que no llegan a broncearse, hipersensibles, en éstas conviene usar FPS de 60.
  2. Pieles blancas que se enrojecen al tomar el sol, en éstas: FPS 40.
  3. Pieles que se broncean con facilidad, un FPS 30.

Usar sombrero o gorra y utilizar gafas solares que bloqueen la radiación, proteger nuestros ojos ¡Es fundamental!,

  1. Rayos UVA: atraviesan la epidermis y llegan hasta la dermis (capa más profunda de la piel) produciendo el bronceado y el envejecimiento prematuro.
  2. Rayos UVB: sólo llegan a la epidermis (capa más superficial de la piel) y son los principales causantes de las quemaduras y los cánceres cutáneos. Son filtrados en parte por la capa de ozono.

Mantente hidratado, debemos comer frutas, zumos y beber agua abundante, ya que con el calor también perdemos hidratación.

¡Disfrutemos del sol con moderación! y cuidemos del órgano más grande que poseemos: la piel.

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