Un crujiente y artesanal pan es un complemento ideal para que nuestras comidas sean un éxito. ¿Y qué me decís de una pieza de bollería hecha con nuestras propias manos para el desayuno o la merienda? ¡Se nos hace la boca agua con la panadería y la bollería que hacen nuestros alumnos!
Hoy pillamos a nuestros alumnos en una clase práctica de la especialidad de Panadería y Bollería del curso de Pastelería y Repostería, con las manos en la masa dispuestos a hacer los mejores panes y bollos que existen… ¿quién se puede resistir a algo así? Nosotros no. Las mezclas exactas hacen de una composición de ingredientes de la mejor calidad, la base para que nuestro producto final sea delicioso.
Con la masa trabajada, nuestros estudiantes se atreven a cocerla durante el tiempo establecido por la profesora. El olor nos marca el camino a seguir y el rastro de harina nos indica que estamos cerca. Los hornos a todo gas no dejan de crear panes y piscotes que huelen a gloria.
Toca la hora de la bollería, esos dulces nutritivos y sobre todo ¡riquísimos! Con el aceite muy caliente, y con mucha precaución y cuidado de no quemarse, los primeros donuts comienzan a nadar hinchándose hasta subir a la superficie.
Los resultados hacen que los alumnos sonrían viendo que son capaces de hacer con sus manitas verdaderas delicatesen propias de grandes profesionales. Saber qué hay que hacer y cómo es primordial en este curso inminentemente práctico, con el objetivo de que nuestros estudiantes se conviertan en verdaderos profesionales.
